En el instante en que los niños pierden su inocencia, entra en vigor la ley del pecado heredada por medio de la descendencia adámica.
Ellos se quedan atrapados por una red poderosa llamada pecado. El único recurso para salir de la red es por medio de la sangre del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Como consecuencia del pecado, otras redes van atrapando a niños, jóvenes y adultos. Entre ellas se encuentran la borrachera, la violencia, la drogadicción, el alcoholismo, el homosexualismo, el lesbianismo, la fornicación, el adulterio, y muchas otras actividades que le desagradan a Dios. La escuela, la sociedad, la familia y la iglesia han enfrentado un desafío aún mayor en nuestros días, con la proliferación de instrumentos electrónicos que vorazmente son usados para atrapar a más víctimas alrededor de nosotros. Facebook, Orkut, teléfonos y el correo electrónico han sido los medios utilizadas en esa telaraña que arrastrará a millones a las llamas incesantes del lago de fuego.
¿Está usted atrapado por la red social?
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