¡Oíd palabra de Jehová!
Mientras los religiosos permanecen indolentes y ciegos a la realidad que los caracteriza en los tiempos modernos, Dios tiene la capacidad de mirar más allá de su apariencia religiosa y ver un decadente valle de huesos secos en cada congregación alrededor del mundo. El corazón del Señor se compadece de la miseria espiritual del supuesto cristianismo, y anhela alcanzar a los seres humanos con su Palara de poder y su Espíritu de vida.
Todavía hoy el Señor insiste en levantar a los huesos con la promesa de una vida abundante que solamente Cristo puede proveer cuando nos sometemos a él. Y, delante de la pregunta, ¿vivirán estos huesos?, se encuentra el desafío para cada uno de nosotros: ¡Oíd palabra de Jehová!
La opción es exclusivamente nuestra. Podemos permanecer en la sequedad espiritual de los que han naufragado a la orilla del camino, o permitir que el Espíritu del Señor nos levante para que caminemos en nuestro vivir diario de victoria en victoria por el poder transformador de su Palabra.